miércoles, 6 de octubre de 2010
Cosas por hacer
Bonifacio Perez siempre creyó tener las cosas claras, y cuando se dio cuenta, antes de morir, no había tachado ninguno de los deseos por cumplir que de joven escribió en su libreta. Se le encogió el corazón y lo único que pudo hacer es desear con todas sus fuerzas retroceder en el tiempo. Cerró los ojos y suplicó que si pudiera, lo haría mejor. Escogería las cosas de otra manera, pensaría menos en sí mismo, aprovecharía más los momentos vividos y, por supuesto, amaría más. De una manera incondicional, sin recordar los desastres sufridos. Y pensando en lo que pudo ser y no fue dejó este mundo para siempre, sabiendo que jamás volvería.
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