lunes, 28 de septiembre de 2009

Tokio Blues

Algún día hablaré largo y tendido sobre los libros que he leído últimamente de Murakami. Es curiosa la reiteración de temas como la muerte, el sexo, la soledad, la literatura, el jazz, y la relación del protagonista (siempre hombre y casi siempre hijo único) con las mujeres. En fin, pongo un extracto de Tokio Blues (Norwegian Wood) que me llamó la atención al leerlo. La novela comienza cuando el protagonista escucha la canción de los Beatles Norwegian Wood en un avión. De ahí retrocedemos 18 años, a la época de estudiante del protagonista. Una residencia universitaria, el suicidio de su mejor amigo y sus extrañas relaciones personales. Las que mantiene con Naoko, que fue novia de su amigo (internada en una especie de hospital mental un tanto extraño) y con Midori, a la que conoce en la universidad. Pocos libros te dejan tan melancólico.

"Pese a todo, conocí a una persona que había leído El gran Gatsby, y nos hicimos amigos precisamente por ello. Se llamaba Nagasawa y estudiaba Derecho en la Universidad de Tokio, dos cursos por encima de mí. Nos conocíamos de vista, ya que vivíamos en la misma residencia, hasta que, un día en que yo estaba leyendo El gran Gatsby en un rincón soleado del comedor, él se sentó a mi lado y me preguntó qué leía. «El gran Gatsby», le dije. «¿Es interesante?», me preguntó. Le respondí que lo había leído tres veces, pero que cuanto más lo releía más párrafos interesantes encontraba. «Un hombre que ha leído tres veces El gran Gatsby bien puede ser mi amigo», repuso como hablando para sí mismo. Y nos hicimos amigos. Corría el mes de octubre.
Cuanto más conocía a Nagasawa, más extraño me parecía. A lo largo de mi vida, me había cruzado, había encontrado o conocido a muchas personas extrañas, pero jamás a nadie que lo fuera tanto. Leía muchísimo más que yo, pero tenía por principio no adentrarse «n una obra hasta que hubieran transcurrido treinta años de la muerte del autor. «Sólo me fío de estos libros», decía.
- No es que no crea en la literatura contemporánea, pero no quiero perder un tiempo precioso leyendo libros que no hayan sido bautizados por el paso del tiempo. ¿Sabes?, la vida es corta.
- ¿Y qué escritores te gustan? -le pregunté.
- Balzac, Dante, Joseph Conrad, Dickens -me respondió al instante.
- No son muy actuales que digamos.
- Si leyera lo mismo que los demás, acabaría pensando como ellos. ¡El mundo está lleno de mediocres! A la gente que vale la pena le daría vergüenza hacer lo que hacen ésos. ¿No te has dado cuenta, Watanabe? Los únicos medianamente decentes de toda la residencia somos tú y yo. El resto son basura.
- ¿Por qué lo dices? -Me sorprendí.
- Porque lo sé. Lo llevan escrito en la cara. Basta con mirarlos. Además, nosotros dos leemos El gran Gatsby."


2 comentarios:

María dijo...

No te enfades Nagasawa!!

Charlotte Harris dijo...

El otro día intente comprar el libro de El palacio de la luna, de Auster, pero no habia en la FNAC, ya te dire que tal cuando me lo lea!